El registro oficial de viviendas de uso turístico que gestiona el Gobierno de Aragón tiene constancia de unos 280 apartamentos operativos en el municipio de Jaca. Es un dato que no refleja la situación actual del sector. El Ayuntamiento de Jaca calcula que en realidad son más del doble y superan los 700, una cifra que probablemente siga subiendo en los próximos meses. El propio alcalde de Jaca, Carlos Serrano, reconocía recientemente que uno de los objetivos de su corporación es poner freno a este escenario de ilegalidad en el que se encuentran muchos propietarios.
Este tipo de viviendas, que operan al margen de cualquier registro y que no pagan impuestos por su actividad, supone una competencia desleal no solo para los hoteles, hostales y otro tipo de alojamientos regulados, sino para las propias VUT´s que sí que desarrollan su actividad de acuerdo con la normativa del Gobierno de Aragón.
Lo cierto es que el mercado de alojamientos en la comarca, especialmente en Jaca, se ha tensado en los últimos años a partir de diversas distorsiones en el sector. A principios de este año, por ejemplo, fue clausurado un hostal en Jaca que desde hacía ocho años operaba sin licencia. El local se publicitaba en plataformas digitales para captar clientes. La Policía Nacional calculó entonces que en ocho años habría alojado a más de 700 personas. La inevitable pregunta que surge ante estos hechos es si existen otros muchos negocios que operan en la clandestinidad, alterando gravemente el mercado de alojamientos de la zona.
La preocupación del Ayuntamiento, como la de los propios empresarios del sector, es cómo detectar a esos propietarios. Lucía Guillén, concejal de Fomento y Turismo del Ayuntamiento de Jaca, explica que en Semana Santa la Policía Local realizó varias inspecciones para detectar si había viviendas de uso turístico que no realizaban el registro de clientes, un trámite que tienen la obligación de hacer todos los alojamientos (hoteles, hostales, viviendas de turismo rural, VUT…) que tienen una actividad legal. “Nosotros no estamos por prohibir las viviendas de uso turístico sino por incrementar los controles para que nadie opere fuera de la legalidad”, señala.
Desde la patronal turística Exceltur aseguraban hace unas semanas que el crecimiento de los pisos turísticos «sigue desbocado», con cerca de 60.000 plazas más en el primer trimestre respecto a hace un año, hasta sumar un total de 286.000 plazas de uso turístico -«la mayoría de ellas, ilegales», señalan en Exceltur-, un 25% más que hace un año.
Pedro Marco, de INTURMARK Hoteles señala que las VUT “no son estrictamente competencia directa de las plazas hoteleras, pero son una competencia desleal frente a las VUT que cumplen la reglamentación y pagan sus impuestos, ejerciendo una fuerte presión sobre el volumen de vivienda de alquiler residencial, del que cada día hay menos oferta”. El empresario jaqués va más allá y apunta a que como consecuencia de la “escasa oferta de vivienda en un alquiler fuertemente regulado, tenemos en Jaca un incremento de precios que complica mucho el acceso a la vivienda, especialmente a los más jóvenes”. Esto, según Marco, “no solo dificulta la atracción y retención del talento, sino que además provoca que nuestros hijos se van a estudiar fuera y muchos ya no vuelven. Es otra causa más para que formemos parte de la España vaciada”.
El director de Estudios de la patronal Exceltur, Oscar Perelli, denunció recientemente que este crecimiento de viviendas turísticas «es absolutamente insostenible» y está derivando en una gran afluencia, pero la repercusión en gasto es mucho menor. Los datos que aporta revelan que mientras que un cliente de un hotel gasta de media 247 euros al día, el de una vivienda de alquiler turístico, hasta 131 euros. Sin duda, estamos frente a un juego de perspectivas que ofrece diferentes matices en función de quién realiza el análisis.
A finales del pasado año la empresa Sol y Nieve Gestión Inmobiliaria, que se sitúa en Sabiñánigo y trabaja en los valles de Broto, Tena y Aragón, inauguró el edificio denominado “Torre del Reloj” en la plaza de la Cadena, el primer inmueble de nueva planta que se construye en Jaca para ser destinado exclusivamente a viviendas de uso turístico. Según sus promotores, se trata de un edificio moderno y sostenible, que cuenta con 20 apartamentos con capacidad para 87 personas. Además, dispone de 37 plazas de garaje, 22 trasteros, piscina y un local de 300 metros cuadrados.
Javier Abadías, uno de los socios del Grupo Sol y Nieve, señala que “apostamos por Jaca porque tiene un atractivo especial, siempre está de moda, y porque observamos que carecía de este tipo de oferta de alojamientos, que va destinada principalmente a familias y clientes de la tercera edad”. Abadías considera que el proyecto que han promovido “no es competencia porque no existía nada así en Jaca, más bien viene a enriquecer la oferta de la ciudad como destino turístico y creemos que ha servido también para mejorar un rincón emblemático del casco histórico de Jaca”. El empresario se muestra convencido de que “es un producto que suma más que resta”.
La concejal de Fomento y Turismo del Ayuntamiento de Jaca defiende las viviendas de uso turístico “como un factor de desarrollo de la economía y porque creemos que pueden ser una alternativa y complemento a la oferta hotelera de la ciudad”. La edil asegura que “tenemos margen de crecimiento y también la necesidad de incrementar nuestra capacidad de alojamientos”. Desde que accedieron al Ayuntamiento hace ahora un año han defendido “la importancia de facilitar la actividad de la iniciativa privada para mejorar la oferta de alojamientos de la ciudad, siempre que lo haga en igualdad de condiciones con el resto de las empresas o propietarios que operan en el sector”.