Marian Bandrés: «ACOMSEJA ofrece fuerza, representación y resultados»

1 Sep, 2025

Con el verano consumiendo sus últimas semanas y la normalidad del otoño a la vuelta de la esquina, la nueva Junta Directiva de ACOMSEJA, que preside Marian Bandrés, ya trabaja en varios proyectos que se han establecido como objetivos prioritarios para los próximos cuatro años. El nuevo equipo tiene muy claros los retos a afrontar: dar voz al empresariado de la Jacetania, fortalecer la representatividad de la asociación y seguir siendo un motor activo del desarrollo económico en la comarca.

En esta entrevista, Bandrés repasa los retos superados durante sus primeros cuatro años de mandato, reflexiona sobre la transición interna vivida en la asociación y marca el rumbo que seguirá ACOMSEJA en los próximos años. Con un discurso firme y comprometido, defiende la importancia del asociacionismo, alerta sobre los desafíos estructurales que enfrentan los pequeños empresarios —como la falta de relevo generacional o la escasez de mano de obra— y reivindica el papel clave de la asociación en la transformación económica del territorio. La presidenta subraya también el valor del nuevo ciclo formativo de hostelería que llegará a Jaca, como ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones y tejido empresarial puede generar oportunidades reales de futuro para los jóvenes de la comarca.

La nueva Junta Directiva de ACOMSEJA acaba de iniciar su andadura con usted nuevamente al frente. ¿Cuáles son los principales objetivos de esta nueva etapa?

Esta nueva etapa tiene varios objetivos claros. Primero, dar más voz e influencia a los empresarios de la Jacetania: queremos seguir estando presentes y ser escuchados en todos los foros donde se toman decisiones que afectan a nuestra economía. Segundo, reforzar la comunicación y la visibilidad. La asociación tiene que servir para que se conozca el valor de lo que hacemos y que nuestras propuestas tengan eco, tanto hacia dentro como hacia fuera. Tercero, ser motor y no espectador en el desarrollo económico. Eso significa implicarnos en el debate, proponer, marcar agenda y no esperar a que otros decidan por nosotros. Y cuarto, unir de verdad a los distintos sectores: comercio, hostelería, industria y servicios. Para ello hemos puesto en marcha grupos de trabajo sectoriales, con la idea de que cada ámbito pueda aportar su visión, participar en el diseño de propuestas y sentirse representado en la asociación. En definitiva, se trata de abrir una etapa en la que ACOMSEJA sea aún más útil, más cercana y más influyente para todos los empresarios de la Jacetania.

¿Será una etapa de continuidad o se plantean nuevos retos?

Un poco de las dos cosas. La continuidad es necesaria, porque ACOMSEJA ya es un referente y no podemos retroceder. Pero hay que dar pasos nuevos: reforzar nuestra presencia en el debate político y social, poner en marcha comisiones sectoriales para que cada ámbito tenga voz, y crear más espacios de networking que nos ayuden a conocernos mejor entre nosotros. La asociación tiene que ser motor, no espectador.

¿Qué destacaría del nuevo equipo que compone la Junta que usted preside?

La mezcla. Tenemos gente con experiencia en la Junta Directiva, y gente nueva, crítica y constructiva, y eso siempre enriquece. Los perfiles representan a todos los sectores, y eso o hace que la mirada sea más amplia y que podamos abordar los problemas desde distintos ángulos. Pero, sobre todo, perfiles con muchísimas ganas de trabajar, de implicarse y creyendo que podemos ser útiles, que traen fuerza renovada y nos da impulso a todos. Nos vamos a dejar la piel

La transición entre la anterior Junta y la actual no ha sido sencilla. ¿Temió en algún momento por el futuro de la Asociación?

Temor, no. Preocupación, sí. Porque lo que estaba en juego no eran los cargos, sino la credibilidad de una asociación con más de veinte años de historia. Hubo momentos tensos, como en cualquier organización viva, pero esa tensión demuestra que ACOMSEJA importa, que nadie es indiferente. Y eso, es positivo.

¿Cuál es el estado de salud de ACOMSEJA tanto en lo financiero como en su capacidad para emprender nuevos proyectos?

No vamos sobrados, pero tampoco tenemos deudas que nos pesen. En los tiempos que corren, eso ya es mucho. Es verdad que hemos tenido algún problema en la tramitación de algunas subvenciones, y ahí hemos aprendido algo importante: no podemos vivir pendientes del presupuesto que las instituciones decidan darnos cada año, aunque esté plenamente justificado, ya que en parte hacemos una labor que les compensa. El futuro tiene que pasar por encontrar vías de financiación propias. Y aquí la aportación de los socios es clave. Necesitamos crecer en número de asociados y que cada vez más empresarios se impliquen. Cuantos más seamos, más fuerte será la asociación y más proyectos podremos poner en marcha en beneficio de toda la Jacetania.

¿Qué balance hace de sus cuatro primeros años al frente de ACOMSEJA?

El balance es positivo. Apostamos por la comunicación, por dar visibilidad a los empresarios, y lo conseguimos. Organizamos campañas y eventos que han contribuido a situar a la Jacetania en el mapa. Hemos defendido al comercio en momentos muy complicados. ¿Hemos hecho todo lo que me habría gustado? No, porque las circunstancias mandan. Pero hemos demostrado que ACOMSEJA tiene futuro, que el futuro económico de la Jacetania no puede ser sin nosotros, a pesar de los escépticos que marcan distancias dejando preguntas como “¿y a mí qué me da ACOMSEJA?”, o “a mi ACOMSEJA no me aporta nada”. Estos planteamientos demuestran desconocimiento y también una tendencia a mirarse solo a uno mismo. Porque ACOMSEJA no reparte favores individuales: lo que hace es defender al conjunto, al colectivo.

Muchas de las campañas, mejoras y decisiones que han repercutido directamente en la economía local, han salido adelante porque ACOMSEJA estaba detrás, negociando, insistiendo y defendiendo los intereses del conjunto. Eso es lo que da ACOMSEJA: fuerza, representación y resultados. Y aquí se plantea un nuevo reto; que cada empresario entienda que unidos somos más fuertes, y que quien se queda fuera no solo pierde la oportunidad de sumar (también nosotros perdemos su fuerza), sino que además se beneficia gratuitamente del esfuerzo de los demás. Creo que, además, es obligatorio incluir en mi balance la realidad de que ninguna política económica será eficaz si no cuenta con la voz de los empresarios. Somos nosotros quienes sabemos lo que pasa en el día a día de nuestros negocios. No se puede gobernar de espaldas a esa realidad y hay que recordar una vez más que somos la única asociación de empresarios de la comarca.

Usted ha mostrado en muchas ocasiones su preocupación por la falta de una cultura del asociacionismo entre los empresarios. ¿A qué cree que se debe?

Somos muy de ir por libre. Eso tiene cosas buenas, pero también nos hace más débiles. En otros países hay una tradición de asociacionismo mucho más arraigada y prestigiosa, aquí no tanto. Aun así, creo que hemos avanzado. Cada vez más empresarios se dan cuenta de que estar en ACOMSEJA es invertir en su propio futuro.

Nuestra fuerza es el colectivo de las Asociaciones de Empresarios, siempre presentes en primera línea de las negociaciones con sindicatos y gobiernos. ACOMSEJA está integrada en CEOE Cepyme Huesca de manera activa con varias vocalías y, por lo tanto, somos parte de la red nacional. Nuestras experiencias, opiniones y reivindicaciones llegan donde queremos que lleguen, con fuerza, y de primera mano. Nuestra voz no se limita al ámbito comarcal sino que tiene alcance nacional

¿Cómo se ve la Jacetania, su economía y su comercio desde la presidencia de ACOMSEJA?

Con mucho potencial, pero también con riesgos. Nuestro comercio tiene calidad y personalidad, pero tenemos que seguir trabajando en la profesionalización, la digitalización y la excelencia, tanto en el trato como en el producto. Y dentro de esa excelencia, hay que escuchar al visitante. Puede que sus hábitos de consumo no sean siempre los mismos que los nuestros, y adaptarnos, en lo posible, es clave para no quedarnos atrás. Además, desde ACOMSEJA llevamos tiempo defendiendo que la Jacetania sería un lugar ideal para atraer empresas de nuevas tecnologías. Son actividades limpias, no contaminantes, y aquí podemos ofrecer calidad de vida, que es justo lo que busca ese perfil profesional. Pero esto no pasa solo: necesitamos decisión política y colaboración público-privada. No podemos resignarnos a depender del turismo. La Jacetania tiene que diversificar y apostar por un modelo económico más equilibrado.

¿Siguen siendo el relevo generacional y la falta de trabajadores en determinados sectores los problemas más importantes a los que se enfrenta el pequeño empresario?

Sí, y cada vez más. Hay negocios familiares en riesgo porque no hay relevo, y en casi todos los sectores la falta de personal es muy seria. Y ojo, que adaptarnos a nuevos hábitos de consumo tampoco es fácil: las políticas de contratación, la carga impositiva y, sobre todo, la falta de personal dispuesto a trabajarbnos dejan poco margen. Pedir cambios sin resolver estos problemas es como pedir que corramos una carrera con una pierna atada.

Aquí necesitamos medidas valientes: formación adaptada, incentivos al empleo, políticas de vivienda para que los jóvenes puedan quedarse en la Jacetania… Hay que poner soluciones encima de la mesa, no solo diagnosticar el problema.

Jaca tendrá el año que viene por fin el ansiado módulo de hostelería en el que tanto empeño puso la anterior Junta directiva. ¿Qué puede aportar al futuro del mercado laboral en nuestra ciudad?

Muchísimo. Es una oportunidad histórica. Llevábamos años pidiéndolo porque sabemos que la hostelería es uno de los motores de nuestra economía. Formar aquí a los jóvenes significa darles un futuro en su tierra, evitar que se vayan fuera y profesionalizar todavía más un sector clave. No es solo un ciclo formativo: es una apuesta por el empleo, por la calidad y por el arraigo en la Jacetania.